martes, 20 de diciembre de 2011

Evangelio del día 20 de diciembre de 2011


Evangelio según San Lucas 1,26-38. Martes de la IV Semana de Adviento


En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.


Comentario: «Se llamará Hijo del Altísimo...; reinará para siempre» - Prudencio



Muéstrate, dulce infante
Traído al mundo por una casta madre,
Cual niño sin saber de hombre;
Muéstrate, Mediador, en tus dos naturalezas.

Aunque nacido en el tiempo, de la boca del Padre,
Engendrado por su palabra (Lc 1,38),
ya vivías en el seno del Padre (Jn 1,2)
Tú, la eterna sabiduría (1Co 1,24).

Eres la Sabiduría que lo ha creado todo (Pr 8.27),
Cielo, luz y cualquier cosa.
Tú eres la palabra poderosa que ha hecho el universo (Heb. 1,3)
Porque el Verbo es Dios (Jn 1,2).

Habiendo ordenado el curso de los siglos
y fijado las leyes del universo,
Artesano del mundo, el creador,
permaneció en el seno del Padre.

Pero cuando llegó el tiempo
pasados miles de años,
bajaste para visitar
este mundo largo tiempo pecador...

Cristo no pudo soportar la idea
de que los pueblos se perdieran ;
No podía aceptar que la obra de su Padre
se quedara en nada

Se revistió de un cuerpo mortal
con el fin de que la resurrección de nuestra carne
alejara las cadenas de la muerte
y nos condujera hacia el Padre...

¿No sientes, Oh Virgen noble
a pesar de dolorosos presentimientos,
cómo este glorioso nacimiento
acrecienta el brillo de tu virginidad ?


Tu seno purísimo contiene el fruto bendito
Que va ha llenar de alegría a toda criatura.
Por ti nacerá un mundo nuevo.
Aurora de un día reluciente como el oro

Prudencio (348- después 405), Poeta en España. «Emerge, dulcis pusio», Extracto del Himno de Navidad «Quid est quod artum circulum»

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