lunes, 19 de septiembre de 2011

Evangelio del día 19 de septiembre de 2011


Evangelio según San Lucas 8,16-18. Lunes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.
Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener".


Comentario:


«Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (sl 118, 105) - San Máximo



La lámpara sobre el candelero es nuestro Señor Jesucristo, la verdadera luz del Padre «que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Dicho con otras palabras, es la Sabiduría y la Palabra del Padre : habiendo aceptado nuestra carne, realmente es y ha sido llamado la «lámpara» del mundo. Es celebrado y exaltado en la Iglesia por nuestra fe y nuestra piedad. De esta manera se hace visible a todas las naciones y brilla para «todos los que están en la casa», es decir, para el mundo entero, según su palabra: «Nadie enciende una lámpara para ponerla bajo el celemín, sino sobre el candelero, donde puede iluminar a todos los de la casa» (Mt 5,15).
Como se puede ver, Cristo se da a sí mismo el nombre de lámpara. Siendo Dios por naturaleza, se ha hecho carne según el plan de salvación, una carne que contiene una luz, tal como si se tratara de un jarrón... David lo pensaba así cuando dijo : «Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (sl 118, 105). En la Escritura se describe a mi Salvador y mi Dios como una lámpara porque Él es quien hace desaparecer las tinieblas de la ignorancia y el mal de los hombres. Puesto que solo Él tiene poder para aniquilar las tinieblas de la ignorancia y disipar la oscuridad del pecado, por ello es, para todos, el camino de salvación. Conduce al Padre a los que, por el conocimiento y la virtud, van en pos de Él por el camino de los mandamientos como por un camino de justicia.
El candelero es la Iglesia, porque el Verbo de Dios brilla a través de su predicación. Es así como los rayos de su verdad pueden iluminar al mundo entero... Pero con una condición: no esconderla bajo la letra de la Ley. Cualquiera que se ate sólo a la letra de la Escritura, vive según la carne; mete su lámpara bajo el celemín. Por el contrario, puesta sobre el candelero, la Iglesia, ilumina a todos los hombres.

San Máximo, el Confesor (hacia 580-662), monje y teólogo Pregunta 63 para Thalasio; PG 90, 667s

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