viernes, 15 de julio de 2011

Evangelio del día 15 de julio de 2011


Evangelio según San Mateo 12,1-8. Viernes de la XV Semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado".
Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.
Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".


Comentario:

"Un tiempo de descanso, el séptimo día, está reservado para el pueblo de Dios" (He 4,9)- Afraates el sabio

El sábado no ha sido establecido como una prueba para el discernimiento entre la vida y la muerte, entre la justicia y el pecado, así como otros preceptos mediante los cuales «el hombre encuentra la vida» (Lv 18,5) o la muerte, si no los observa. No, el sábado, en su tiempo, ha sido dado al pueblo en vistas al descanso; con los hombres, los animales debían cesar el trabajo (Ex 23,12)...
Si el sábado no había sido creado para el descanso de todo ser que realiza un trabajo corporal, las criaturas que no trabajan habrían debido, desde su origen, también, observar el sábado para estar justificadas. Por el contrario, vemos el sol avanzar, sin descanso, la luna recorrer su órbita, las estrellas proseguir su carrera, los vientos soplar, las nubes moverse por el cielo, las aves volar, los arroyos manar las fuentes, las olas agitarse, los relámpagos caer e iluminar la creación, el trueno estallar violentamente a su tiempo, los árboles dar sus frutos, y cada criatura crecer y fortalecerse. No vemos en verdad ningún ser descansar el sábado, salvo los hombres y los animales de carga que están sujetos a la ley del trabajo.
A ninguno de los justos del Antiguo Testamento, el sábado les fue dado para que encontraran la vida... Pero la fidelidad al sábado estaba prescrita para que descansaran servidores, esclavas, mercenarios, extranjeros, animales de carga, con el fin de que pudieran restablecerse del trabajo abrumador. Ya que Dios ha cuidado de toda su creación, tanto de animales de carga como de animales feroces, de las aves como de los animales silvestres. Escucha ahora cuál es el sábado que Dios quiere. Isaías dijo: "He aquí mi descanso: hacer descansar al que está cansado» (28,12)... Nosotros por lo tanto, guardemos fielmente el sábado de Dios; haciendo lo que complace a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso, donde cielo y tierra reposarán, donde toda criatura se recrea.

Afraates el sabio (?-v. 345), monje, después obispo de Mosoul, santo de la Iglesia Ortodoxa.
Demostraciones, n° 13, 1.3.9

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