miércoles, 24 de noviembre de 2010

La amistad y sus especies. Los amigos y lo que debe considerarse acerca de la amistad y de los amigos - Santo Tomás de Aquino


LECCIÓN I
Como la virtud es la base de la amistad, compete a la Filosofía moral el tratar de la amistad

1538. Después que el Filósofo estudió las virtudes morales, las intelectuales y la continencia, la cual es algo imperfecto en el género virtud, ahora consecuentemente estudia la amistad, que se funda sobre la virtud, como cierto efecto de la misma.

Primero, en un proemio propone el tema a tratar /1080/. Segundo comienza a estudiar la amistad /1090/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero muestra que a la moral le compete tratar de la amistad. Segundo muestra lo que debe tratarse acerca de la amistad /1086/.

Con respecto a lo primero da seis razones para mostrar que debe referirse a la amistad.

Dice pues primero /1080/, que después de los temas abordados debe referirse a la amistad, estudiando lo que pertenece a la consideración de la filosofía moral y dejando de lado lo que compete a la filosofía natural sobre el tema. La primera razón para tratar de la amistad proviene de que la consideración de la virtud pertenece a la filosofía moral. Y la amistad es cierta virtud, en cuanto es un hábito electivo, como se dice más adelante 1: y se reduce al género de la justicia, en cuanto presenta proporcionalidad, como después se afirma 2, o al menos va acompañada de virtud, en cuanto la virtud es la causa de la verdadera amistad.

1539. Da la segunda razón /1081/,

A la filosofía moral incumbe considerar acerca de todas las cosas que son necesarias para la vida humana, entre las cuales la amistad es sumamente necesaria; tanto, que nadie bien dispuesto elegiría vivir de tal manera que tuviera todos los demás bienes exteriores sin tener amigos. Pues a aquellos que poseen bienes exteriores en grado sumo, a saber, riquezas, mando y poderío, parecen ser sumamente necesarios los amigos. En efecto, en primer lugar, para usar estos bienes, pues ninguna utilidad tienen los bienes de la fortuna si por ellos alguno de nada se beneficia. Pero un beneficio muy grande y muy ponderado se hace a los amigos. En segundo lugar para conservar tales bienes, que no pueden conservarse sin amigos, porque cuanto mayor es la buena fortuna menos segura es, ya que muchos están al acecho de la misma. Pero no sólo en la buena fortuna son útiles los amigos, sino también en la situación contraria.

1540. Pues en la pobreza los hombres estiman que los amigos son un singular refugio. Luego, en cualquier situación de la fortuna los amigos son necesarios. Asimismo, es necesaria la amistad en los jóvenes pues por los amigos se abstienen del pecado, pues los jóvenes según sí mismos son propensos a las concupiscencias de los deleites, como se dijo en el Libro séptimo 3. A los ancianos, en cambio, les son útiles los amigos para complacerlos o servirlos debido a sus deficiencias corporales, y porque fallan en sus acciones debido a su debilidad, les son necesarios como una ayuda. Y a aquellos que están en la plenitud, es decir, en su edad adulta, les son útiles para llevar a cabo buenas acciones, pues cuando dos coinciden son más poderosos. Y en la actividad que es la especulación intelectual, en tanto que uno ve lo que otro no puede ver. Y para hacer cosas exteriores, en lo cual uno es en mayor medida auxiliado por otro. Y así queda claro que ha de tratarse de la amistad como de una cosa necesaria para todos.

1541. La tercera razón /1082/,

Dice que también hay una amistad según la naturaleza, entre el que genera y lo generado, y que es así no sólo en los hombres sino también en las aves que manifiestamente por largo tiempo se dedican a la crianza de la prole, como asimismo en los demás animales. También hay una amistad natural entre los que pertenecen a una misma familia o especie en cuanto participan de las costumbres y de la mutua compañía. Y la más grande es la amistad natural que hay entre todos los hombres entre sí, según la semejanza de la naturaleza de la especie. Por eso elogiamos a los filántropos, es decir, a los que aman a los hombres, como cumpliendo eso que es natural para el hombre, tal como aparece sobre todo cuando uno yerra el camino y pregunta aun al desconocido y extraño por el camino perdido, como si todo hombre fuera naturalmente familiar y amigo para todo hombre. Ahora bien, las cosas que son naturalmente buenas deben ser consideradas por la moral. De esta manera debemos ocuparnos de la amistad.

1542. La cuarta razón /1083/,

Dice que por medio de la amistad parecen conservarse las ciudades, de allí que los legisladores procuren más conservar la amistad entre los ciudadanos que incluso a la justicia, a la cual a veces suspenden, como en las penas que deben inferirse, por no levantar disensiones. Y esto se hace patente porque la concordia se asimila a la amistad. En efecto, los legisladores desean sobre todo que exista la concordia, y ahuyentan sobre todo las contiendas entre los ciudadanos, como enemigas de la salud de la ciudad. Y porque toda la filosofía moral parece ordenarse al bien civil, como se dijo al comienzo 4, a la moral pertenece considerar la amistad.

1543. La quinta razón /1084/,

Dice que si hay amistad en nada se necesitaría la justicia propiamente dicha, porque los amigos tendrían todas las cosas como si fueran comunes, ya que el amigo es como otro yo y no hay justicia para consigo mismo. Pero aunque sean justos, no obstante necesitan la amistad entre sí. Y aquello que es máximamente justo parece ser conservador y restaurador de la amistad. Luego a la moral compete mucho más considerar la amistad que la justicia.

1544. La sexta razón /1085/,

Dice que al tratar de la amistad ha de considerársela no sólo porque es algo necesario para la vida humana, sino también porque es cierto bien, a saber, un bien laudable y honesto. Ponderamos a los filófilos, es decir, a los que aman a los amigos, y la polifilia, es decir, la amistad entre muchos, pues parece ser algún bien, en cuanto hay quienes estiman que son los mismos los varones buenos y los amigos.

1545. Luego /1086/,

Muestra las cosas que han de considerarse sobre la amistad.

Primero sale al paso de cierta duda que aparece sobre la amistad. Segundo muestra cuáles dudas deban determinarse acerca de la amistad /1088/. Tercero excluye un error que algunos sustentan /1089/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero expone diversas opiniones sobre la amistad en las cosas humanas. Segundo en las cosas naturales /1087/.

Dice pues primero /1086/, que no pocas dudas hay acerca de la amistad, lo cual se manifiesta, en primer lugar, por las diversas opiniones existentes. Hay quienes quieren que la amistad sea cierta semejanza y que los que se asemejan sean mutuamente amigos. Y para ello invocan el proverbio que dice que lo similar va hacia lo similar, el grajo hacia el grajo (que es un ave gregal, como el estornino ), e invocan otros proverbios parecidos. Otros en cambio dicen por el contrario, que todos los alfareros están en contra unos de otros, en cuanto uno impide que el otro gane. Pero la verdad de la cuestión es que lo similar, formalmente hablando, es amable. Mas el odio se tiene por accidente, en cuanto es un impedimento del propio bien.

1546. Luego /1087/,

Expone sobre lo mismo opiniones contrarias acerca de las cosas naturales. Dice que acerca de esta misma cuestión hay quienes buscan algo superior, o sea, más elevado y naturalmente mejor, como Eurípides, que dijo que la tierra desecada desea la lluvia, cuasi amando lo contrario de sí, y que el cielo majestuoso por su dignidad, cuando está henchido de lluvia desea caer sobre la tierra, o sea, enviar lluvia a la tierra, lo cual es contrario a su altura y plenitud. Heráclito dijo también que lo contrario es provechoso a lo contrario, como para el hombre superacalorado es beneficioso el frío, en cuanto por cosas diferentes y contrarias se lleva a cabo una óptima armonía o combinación. Pero dijo que lo contrario es útil en cuanto todas las cosas se han producido según una contienda, por la cual los elementos antes confundidos se han distinguido. Pero hubo otros que dijeron lo contrario de estas opiniones, y principalmente Empédocles, quien afirmó que lo similar apetece lo similar a sí mismo.

1547. Mas la duda se resuelve del mismo modo, pues lo similar, hablando formalmente, es naturalmente deseable; pero por accidente se desea lo contrario, en cuanto es útil y medicinal, como se dijo al referirse a los deleites corporales 5.

1548. Luego /1088/,

Muestra cuáles dudas deben determinarse sobre la amistad. Dice que las cuestiones naturales deben dejarse de lado, porque no son propias de la presente investigación. Pero algunas son humanas, como las pertinentes a las costumbres y pasiones humanas, y de éstas nos ocuparemos; así veremos si es posible que haya amistad en todos los hombres, o no podría haberla en los malos; y si hay una o varias especies de amistad.

1549. Luego /1089/,

Excluye el error de quienes estimaban que habría una sola especie de amistad, porque todas las especies de amistad son comparables según lo más y lo menos, como cuando decimos que más grande amistad es la honesta que la útil. Pero él mismo dice que no se basaron en un signo suficiente, pues también los casos que difieren por la especie admiten lo más y lo menos, en cuanto convienen en el género, como si dijéramos que lo blanco es más coloreado que lo negro; o según analogía, como si dijéramos que el acto es mejor que la potencia y la sustancia que el accidente.

1550. Por último dice que ha hablado de lo que pertenece a las cosas humanas en relación a la amistad, o sea, ha comenzado el tema tratando lo antedicho.

LECCIÓN II

Muestra cuál es el objeto de la amistad, que es un bien; plantea dos dudas al respecto y las resuelve

1551. Después que el Filósofo en el proemio mostró que ha de estudiar la amistad y qué cosas ha de tratar acerca de ella, ahora comienza a referirse a la misma.

Primero muestra qué sea la amistad /1090/. Segundo distingue sus especies, /1100/. Tercero, al comienzo del Libro noveno, da las propiedades de las especies de amistad /1260/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero busca las cuatro partes de la definición de amistad. Segundo concluye dando la definición de amistad /1099/.

Primero investiga la parte que proviene del objeto, y hace tres cosas. Primero muestra el objeto de la amistad. Segundo plantea una duda /1091/. Tercero da la solución /1092/ .

Dice pues primero /1090/ que tal vez se esclarezcan algo las cuestiones precedentes si conociéramos qué es lo amable que es el objeto del amor por el cual se dice la amistad.

1552. Pues no se ama indiferentemente cualquier cosa, ya que no se ama el mal en cuanto mal. En cambio, se ama lo amable, que es un bien por sí mismo, o sea, honesto, o deleitable, o útil. Pero esto tercero, lo útil, parece ser aquello por lo cual se llega al bien honesto y deleitable, que son por sí mismos amables como fines. Pero el bien útil es amable en razón de otra cosa, como eso que es para el fin. Pero si el bien y lo deleitable se toman en común, no se distinguirían entre sí por el sujeto sino sólo por la razón. Pues decimos que algo es un bien en cuanto es en sí mismo perfecto y apetecible.

Pero algo es deleitable según que en él se aquieta el apetito. Pero ésta no es la manera como aquí se toma el bien, sino que dice que el bien verdadero del hombre es el que le conviene según la razón, pero el bien deleitable es el que le es conveniente según el sentido.

1553. Luego /1091/,

Plantea una duda al respecto, que consiste en saber si los hombres aman lo que es un bien en absoluto o lo que es un bien para ellos, pues a veces ambos no coinciden entre sí, como filosofar es un bien en absoluto, sin embargo, no lo es para aquél que carece de lo necesario. La misma duda se plantea con respecto al bien deleitable, pues algo deleitable en absoluto -como lo dulce- no es deleitable para aquél que tiene el sentido del gusto alterado.

1554. Luego /1092/,

Resuelve dicha cuestión dando primero la solución. Dice que cada cual parece amar lo que es un bien para sí, porque cualquier potencia es atraída al objeto proporcionado a la misma, así la vista de cada uno ve lo que es visible para la misma. Y como lo amable en absoluto es lo que es un bien en absoluto, así a cada cual le es amable lo que es un bien para sí.

1555. En segundo lugar /1093/,

Objeta en contra diciendo que cada hombre ama, no lo que es un bien para sí, sino lo que le parece un bien, pues el apetito no es atraído hacia algo sino en cuanto es aprehendido. De allí que parece ser falso que para cada cual sea amable lo que es un bien para sí.

1556. En tercer lugar /1094/,

Contesta diciendo que esto nada cambia lo propuesto, pues como se ama algo que aparece ser un bien, se lo ama como un bien para sí. De allí que pueda decirse que lo amable es también el bien aparente.

1557. La segunda parte pertenece a la cualidad del amor /1095/.

Dice que como son tres las cosas en razón de las cuales aman los hombres, a saber, el bien, lo deleitable y lo útil, en aquél amor por el cual se dice que el hombre ama lo inanimado, como el vino o el oro, no se dice que hay amistad. Y lo muestra de doble manera. Primero porque en tal amor no puede haber la correspondencia que se requiere para la amistad, pues el vino no ama al hombre como el hombre ama el vino. Segundo porque no amamos lo inanimado de manera tal que tengamos voluntad del bien del mismo, pues sería ridículo decir que alguien querría el bien del vino, sino que este bien que es el vino, el hombre lo quiere para sí. De allí que por amar el vino no parece el hombre ser benévolo con el vino, sino consigo mismo.

1558. Y si alguien dijera que hay quien quiere el bien del vino, porque quiere conservarlo, ha de considerarse que el hombre quiere salvar el vino para tenerlo, y así no quiere la salud del vino en cuanto es el bien del vino sino en cuanto es el bien de sí mismo. Lo cual va en contra de la razón de amistad. Pues decimos que debemos querer el bien del amigo en razón de éste y no por el bien del que ama.

1559. La tercera parte corresponde a la alternancia del amor /1096/.

Dice que si uno quisiera un bien para alguien en razón de ese alguien, decimos que es benévolo, pero no que es amigo si no hiciera algo por aquél, esto es, que el amado quisiera un bien para el amante por este mismo, pues decimos que la amistad es benevolencia recíproca, de tal manera que el que ama sea amado. Pues hay cierta conmutación del amor según la forma de la justicia conmutativa.

1560. La cuarta parte proviene de la condición del amor mutuo /1097/.

Dice que debe añadirse para completar la razón de amistad, que sea una benevolencia mutua no oculta, pues muchos son benévolos con quienes nunca vieron, en cuanto por lo que han oído estiman que se trata de seres equitativos, o sea, virtuosos o recíprocamente útiles /1098/. Y puede ser que lo mismo experimentase alguno de aquellos con respecto al que es de esta manera benévolo. Luego estos hombres parecen ser benévolos entre sí pero no pueden decirse amigos, cuando la disposición en que mutuamente se encuentren sea oculta.

1561. Luego /1099/,

Concluye de lo dicho, la definición de amistad. Dice que a la razón de amistad corresponde que por ella algunos se quieran bien entre sí, que esto no sea oculto para ellos y que ocurra solamente en razón de algo de lo dicho, es decir, en razón del bien, lo deleitable, o lo útil.

LECCIÓN III

Dividido el bien en sus diferencias o especies, a saber, en honesto, útil y deleitable muestra que la amistad útil y la deleitable son amistades por accidente y que fácilmente se disuelven

1562. Una vez que el Filósofo mostró qué es la amistad, ahora distingue las especies de amistad. Con respecto a lo cual hace dos cosas.

Primero distingue las especies de amistad /1100/. Segundo muestra en qué especies de amistad tienen lugar las acusaciones o reproches /1328/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero distingue las especies de la amistad que se salvaguarda en la igualdad de las personas. Segundo distingue las especies de la amistad que se da entre personas desiguales 1152/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero distingue las especies de amistad. Segundo muestra que consisten en cierta igualdad /1150/.

Con respecto a lo primero hace tres cosas. Primero distingue las especies de amistad. Segundo las estudia por comparación al acto de amistad /1128/. Tercero por comparación al sujeto de la misma /1138/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero hace la distinción de especies. Segundo las estudia en particular /1101/.

1563. Dice pues primero /1100/ que, como haya tres cosas amables, cual se dijo 6: a saber, el bien o lo honesto en sentido absoluto, lo deleitable y lo útil que difieren entre sí por la especie, no como tres especies dividiendo de acuerdo a lo igual un género, sino que se tienen según lo anterior y lo posterior. Y porque los actos se diversifican según la diferencia de sus objetos, en consecuencia, los amores difieren en especie de acuerdo a estas tres cosas: una es la especie de amor por la cual algo es amado en razón de un bien, otra es la especie por la cual algo es amado en razón de lo deleitable, y otra diferente, en razón de la utilidad y porque el acto de amistad es el amor; en consecuencia, también hay tres especies de amistad, en número igual al de las especies de lo amable. Una es la amistad en razón de lo honesto, que es un bien en sentido absoluto, otra, en razón de lo deleitable, y otra, en razón de lo útil.

1564. Pues en cada una de ellas se salvaguarda la razón de amistad dada anteriormente, porque según cada una de las tres puede haber entre algunos una correspondencia no oculta. Y según esos tres bienes pueden quererse mutuamente los amigos conforme a lo que aman, como si se aman en razón de la virtud, querrán recíprocamente entre sí el bien de la virtud, si en razón de lo útil, querrán recíprocamente entre sí un bien útil, si en razón de un deleite, lo deleitable.

1565. Luego /1101/,

Estudia dichas especies de amistad, que no se contienen igualmente bajo la amistad, sino según lo anterior y lo posterior.

Para lo cual hace tres cosas. Primero estudia la amistad para lo útil y en lo deleitable, que participan de la amistad por una razón posterior. Segundo estudia la amistad que concierne a lo honesto que es un bien en sentido absoluto, al cual primero y por sí pertenece la razón de amistad /1109/. Tercero compara las demás especies a ésta /1120/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero muestra cuáles sean las especies imperfectas de amistad. Segundo a quiénes competen /1103/.

Con respecto a lo primero hace dos cosas. Primero muestra que la amistad útil y la deleitable son amistades por accidente. Segundo muestra que son amistades fácilmente disolubles /1102/.

1566. Dice pues primero /1101/, que entre los que se aman recíprocamente en razón de una utilidad, el uno no ama al otro en razón del otro mismo, sino según que por el otro recibe para sí algún bien. Y es similar entre los que se aman en razón de un deleite. Pues no ama uno al otro en razón de ser de tal manera dispuesto, por ejemplo, por ser eutrapélico, es decir, por comportarse virtuosamente en las actividades lúdicas, sino que lo ama sólo en cuanto le resulta deleitable. Así queda claro que tanto los que aman en razón de lo útil, aman en razón de un bien que se ofrece para ellos, como los que aman en razón de un deleite, aman en razón de lo deleitable que perciben. Y así no aman al amigo según lo que en sí mismo es, sino según lo que a él le acaece, a saber, según que es útil o deleitable. De allí resulta claro que estas amistades no son amistades por sí sino por accidente porque no es amado el hombre según lo que en sí mismo es sino según la utilidad o el deleite.

1567. Luego /1102/,

Muestra que estas amistades son fácilmente disolubles. Pues se deben a algo que acaece en los hombres que son amados, en lo cual los hombres no permanecen siempre iguales a sí mismos, como no siempre el mismo hombre es deleitable o útil. Luego, cuando los que eran así amados dejan de ser deleitables o útiles, sus amigos los dejan de amar. Lo cual se ve sobre todo en la amistad en lo útil, pues no siempre lo mismo es útil para el hombre, sino una y otra cosa, según los diferentes tiempos y lugares, como en la enfermedad es útil el médico, en la navegación el marino y así en otras cosas. Luego, porque la amistad era tenida no al hombre según él mismo, sino a la utilidad que por él existe, en consecuencia, disuelta la causa de la amistad, también ésta se disuelve Y algo similar ocurre en la amistad en torno al deleite.

1568. Luego /1103/,
Muestra a quiénes competen estas amistades.

Primero muestra a quiénes compete la amistad en lo útil. Segundo a quiénes compete la amistad en lo deleitable /1106/.

Dice que hay tres tipos de hombres a quienes compete la amistad en lo útil. Considera primero que tal amistad parece darse sobre todo en los ancianos, que no buscan lo deleitable a causa del deleite de su cuerpo y de los sentidos, sino que buscan lo útil, en cuanto lo necesitan para subvenir a una naturaleza ya deficiente.

1569. En segundo lugar /1104/,

Dice que esta amistad compete a los adolescentes y a los hombres jóvenes que buscan lo útil. En efecto, éstos no son en general tales que se amen mutuamente, ni tampoco que convivan pues a veces ni son deleitables recíprocamente, ni uno necesita la compañía del otro, sino sólo se buscan por motivos de utilidad. Pues en tanto la compañía mutua les es deleitable, en cuanto por esto tienen alguna esperanza de un bien para el cual les es útil tal compañía.

1570. En tercer lugar /1105/,

Dice que hay quienes reducen la amistad de los peregrinos, al tipo de amistad en razón de una utilidad, pues parecen amarse entre sí en razón de la utilidad que uno recibe del otro en su peregrinación.

1571. Luego /1106/,

Muestra a quiénes compete la amistad en lo deleitable.

Con respecto a lo cual hace dos cosas. Primero muestra a quiénes compete esta amistad diciendo que la amistad debida al deleite parece ser sobre todo la de los jóvenes, pues viven según que son atraídos por las pasiones, no habiéndose aún robustecido en ellos el juicio de la razón, por el cual aquellas son ordenadas. Y porque todas las pasiones terminan en deleite y en tristeza, como se dijo en el Libro segundo 7; en consecuencia los jóvenes persiguen sobre todo lo que les resulta deleitable en el momento, pues las pasiones pertenecen a la parte sensitiva, que mira sobre todo a lo presente. Pero amar aquello que es productivo de deleite en el futuro, ya se acerca a la razón de lo útil.

1572. En segundo lugar /1107/,

Muestra que las amistades debidas al deleite son fácilmente mudables, por dos motivos. Primero de parte de lo deleitable, ya que pasando la edad se tienen otros deleites, pues los niños, los adolescentes y los jóvenes no se deleitan en las mismas cosas, y por eso los tales se hacen amigos fácilmente y fácilmente dejan de serlo, porque junto con el cambio de lo deleitable pasa la amistad. Y el deleite del joven pronto cambia porque toda su naturaleza consiste en cierta transmutación.

1573. En segundo lugar /1108/,

Muestra lo mismo de parte de los que se aman. Dice que los jóvenes son enamoradizos, es decir, prontos y vehementes en el amor, porque aman no por elección sino según la pasión y en tanto desean el deleite. Por eso aman vehementemente con ahínco. Y porque la pasión fácilmente pasa, como también fácilmente sobreviene, de allí que los tales, como fácilmente comienzan a amar así prontamente dejan de hacerlo y muchas veces en un mismo día traban y disuelven una amistad. Pero mientras la amistad dura, los tales quieren convivir y estar juntos todo el día, en cuanto son deleitables el uno para el otro, pues de este modo se dispone en ellos la amistad.

1574. Luego /1109/,

Estudia la amistad en sentido principal, que se debe al bien de la virtud. Primero explica que esta amistad es perfecta. Dice que la amistad propia de los buenos y de los que se asemejan entre sí según la virtud, es la amistad perfecta.

1575. En segundo lugar /1110/,

Prueba lo dicho mostrando las condiciones de esta amistad.

Primero muestra que esta amistad es por sí y no por accidente. Segundo muestra que nada le falta /1113/. Tercero que es rara /1167.

Con respecto a lo primero hace tres cosas. Primero muestra que dicha amistad es por sí y no por accidente /1110/, pues los que son semejantes en la virtud, quieren mutuamente el bien del otro en cuanto son buenos. Y son buenos en sí mismos, pues la virtud es cierta perfección que hace bueno al hombre y a su actuación. Luego, se hace patente que lo tales quieren el bien mutuo según sí mismos. De allí que su amistad sea una amistad por sí.

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