sábado, 7 de agosto de 2010

San Cayetano en 10 reflexiones propias


"Estamos en este mundo como peregrinos, como viajeros. Nuestra patria definitiva es el cielo. Mientras estamos aquí debemos conquistar la vida que no tiene fin."

"Una derrota no es un fracaso. Nuestra lucha contra el mal no está perdida... Nuestra confianza en Dios, en su Providencia, nos hace sentir seguridad. No podemos retroceder. Sólo es cuestión de paciencia. Debemos seguir rezando y actuando. Dios no nos abandonará."

"Siento que día a día mi vida suspira por amar a Dios. Quisiera hacer siempre la voluntad de Dios: esto deseo y a esto aspiro. Ahora voy a dar otro rumbo a mi vida. Mi vida es dejar todo, sin mirar atrás. Uniré mi propia vida a la cruz de Cristo. Seré sacerdote."

"Lo importante es amar a Dios. Pero si no amamos a nuestros hermanos a quienes vemos, ¿cómo podremos amar a Dios a quien no vemos?".

"El amor es mucho más que una linda palabra."

"Veo derroches y lujos por todos lados... y al mismo tiempo en los suburbios vive gente necesitada sin trabajo. Enfermos que no tienen quién los cuide.
¡Jamás dejaré de entregar lo mío a los necesitados, hasta que me vea en tal pobreza que no me quede ni siquiera un metro de tierra para mi tumba y no tenga ni un centavo para mi entierro!
Yo me siento más seguro con la Palabra de Dios que con las riquezas."

"Siento que día a día mi vida suspira por amar a Dios... Los demás necesitan palpar a Dios a través de las obras de los cristianos, de su acción, de sus enseñanzas, de su entrega. Quiero ser humilde toda mi vida."

"Pobre viví hasta aquí. Gracias sean dadas a Dios. Nada he deseado con más ardor que morir en pobreza total. Quiero que esta pobreza sea siempre vivida entre nosotros... No recuerdo, hermanos míos, haber molestado a ninguno. Pero si alguien sin yo saberlo, pudiese sentirse ofendido, le pido humildemente perdón. Ahora quisiera recibir la comunión."

"En la misa Jesús, hombre y Dios, se nos da como comida. La comunión te santificará y santificará a tus hijos a través del viaje oscuro por el bosque de la vida. Por esto te aconsejo que te purifiques confesando y recibiendo la comunión cualquier día, sin esperar la hora del parto."

"Cuando la Virgen María esperaba el nacimiento de Jesús, visitó a Santa isabesl que también estaba embarazada.
Ojalá ahora la Virgen te visite a tí y al hijo que esperas para que tú, que eres el árbol, y el futo que nacerá, sean plenamente felices."

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