jueves, 1 de abril de 2010

Triduo Pascual - Jueves Santo


TRIDUO PASCUAL

Del mismo modo que la semana tiene su punto de partida y su momento culminante en el domingo, día del Señor, celebración semanal de la pascua, así el santo Triduo Pascual de la Pasión y Resurrección del Señor Jesús, es el punto culminante de todo el año litúrgico. El santo Triduo Pascual se prepara en el tiempo de Cuaresma y se prolonga en la alegría de los cincuenta días del Tiempo Pascual. Dada la importancia que él reviste, el Triduo Pascual ha de prepararse y celebrarse con esmero y reverencia. El presente trabajo, busca ser una guía práctica que oriente su celebración. De ahí que las normas, reflexiones y orientaciones que a continuación se presentan se ordenan a mejorar la celebración de los misterios de la Redención, y a favorecer la participación más consciente y fructuosa de los fieles cristianos en dichos misterios de vida.

De EWTN

JUEVES SANTO


La liturgia del Jueves Santo está toda embebida en el recuerdo de la Redención. La función antiguamente de tres misas: La primera, en que se reconciliaban a los públicos penitentes, la segunda, en la cual se consagraban los Santos Óleos, y la tercera, para conmemorar muy especialmente la institución de la Sagrada Eucaristía en la Última Cena.

La Iglesia, celebra en la Eucaristía durante el curso del año los todos los misterios de la vida de Jesús, se apega hoy al recuerdo de la institución misma de este Sacramento inefable y del Sacerdocio Católico.

Esta misa realiza de un modo muy especial la orden dada por Jesús a sus sacerdotes de renovar la Última Cena en que Jesús, en los momentos mismos en que tramaban su muerte, instituyó el misterio de perpetuar entre nosotros su presencia. Por eso la Iglesia, suspendiendo un instante su duelo, celebra el Santo Sacrificio en este día con santo júbilo, reviste a sus ministros con ornamentos blancos y festivos, y canta el Gloria como a vuelo de campanas, las cuales enmudecerán hasta la Vigilia Pascual.

En la Epístola nos dice el Apóstol que la Misa es el "Memorial de la muerte de Jesús". Era necesario el sacrificio del altar para que pudiésemos comulgar la Víctima del Calvario y aplicarnos sus méritos. Y así la Eucaristía, que toma todo su valor del sacrificio de la cruz, comunica a su vez una universalidad de tiempo y de lugares. El mismo Salvador se encarga de hacer las abluciones prescritas por los judíos en el curso del festín (Ev), mostrándose con ello cuál es la pureza y la caridad que Dios exige a los que quieren comulgar, para no exponerse como Judas a ser reos del Cuerpo y Sangre del Señor (Ep).

Participemos todos hoy de este Ágape, de este festín de la Caridad. Ésa es la intención de nuestra Santa Madre Iglesia.

No dejemos de ir a recibir en este Jueves Santo la Sagrada Víctima que se inmola en el altar, y así cumpliremos santamente con nuestro deber; precisamente en este día se nos recuerdan los todos los detalles de la institución del Sacerdocio y del Sacrificio Eucarístico.

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