viernes, 27 de noviembre de 2009

Triduo a la Virgen de la Medalla Milagrosa



Se empieza con el acto de contricción (como en el Santo Rosario)

Oración diaria: ¡Oh María, sin pecado concebida! Aquí nos tienes postrados humíldemente ante tu presencia soberana, siempre arrepentidos por nuestros muchos pecados; pero, a la vez, siempre seguros en tu tierna y amorosa bondad hacia nosotros por el poder que por la misma voluntad Divina te fue concedido. ¡Oh Madre piadosa! Escucha compasiva siempre nuestras súplicas y no rechaces los ruegos que te te hacemos esperanzados en este ejercicio de piedad.

Día tercero: ¡Oh mi queridísima y Santísima Madre! Haz que la cruz que luce en tu Santa Medalla brille siemrpe ante nuestros ojos y endulce nuestras penas y amarguras en esta vida terrena, y que imprima en nuestros sentidos un deseo ferviente de huir del pecado para siempre mantener puras nuestras almas. ¡Oh María! haz igualmente que, por virtud de tu Santísimo Nombre y de los Sagrados Corazones que aparecen en tu Santa Medalla, seamos siempre más fervorosos en la oración, más caritativos con nuestros hermanos en Jesucristo, más amantes y deseosos de adquirir las virtudes de los buenos cristianos, y más fieles en la imitación de tu Hijo y nuestro amado Jesús, que tú misma nos has mostrado. Amén.

(Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)

Letanías a Nuestra Señora (como en el Santo Rosario)

Finalizar todos los días: Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis nuestras súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.º

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