domingo, 30 de agosto de 2009

Jehová ¿el verdadero y único nombre de Dios?


La utilización del nombre Jehová para designar a Dios, es sin duda alguna, uno de sus errores más grandes, pero que a su vez con más insistencia defienden.

Echan mano para ello de todo argumento posible, aún cuando ellos mismos admiten como errónea la traducción de la palabra hebrea YHWH (llamada el Tetragrama Sagrado) como Jehová.(Cfr. libro de los TJ 'Usted puede vivir para siempre en el paraiso en la tierra donde ellos aceptan que jehova no es el nombre mas correcto)

Sin embargo, tal reconocimiento no logra disminuir su insistencia, basándose en que al ‘Juez’ Rutherford (presidente de la organización durante 1917-1942) le había sido revelado ‘misteriosamente’ que el verdadero nombre que debían utilizar para distinguirse de la cristiandad ‘apóstata’ era el de “Testigos de Jehová” (en tal sentido ver ‘Sea Dios Veraz’, cap. II; ‘La Verdad que lleva a la Vida Eterna’, cap. 3; entre otros).

Llegados a este punto, resulta conveniente explicar como surgió el error de traducir YHWH como Jehová.

Pues bien, el mismo tiene su origen con los maestros rabínicos del s. VII D.C. quienes se encontraron ante la dificultad de cómo pronunciar YHWH, dada la prohibición de nombrar a Dios que en aquél entonces regía entre los judíos.

Antiguamente, la escritura utilizada por los hebreos carecía de signos que representaran las vocales, por lo que sólo se escribían las consonantes. Es decir, la escritura sólo era con consonantes, pero su pronunciación era con la utilización de vocales, para las cuales no existían signos que permitieran ser escritas. Así, y conforme a la combinación que se hacía entre las consonantes, era la vocal que correspondía acompañar a cada una de ellas, según lo marcaba una antigua tradición. Repito, sí poseían un sistema, aunque muy imperfecto, en el que frecuentemente se usaban ciertos signos consonánticos [llamados matres lectionis por los gramáticos católicos] para indicar la presencia de vocales

Por ende, aquellos rabinos al intentar realizar la traducción utilizaron como base las vocales de la palabra ‘Aedonai’(que significa Señor) trasladándolas al tetragrama YHWH. Para realizar tal operación, anularon todas las consonantes, incluida la ‘i’ (que también era considerada una consonante). Luego a la vocal ‘a’ la modificaron por la ‘e’, ya que la primera traía dificultades de pronunciación y significado (es decir, ‘Yaehová’), quedando entonces solo las vocales ‘e-o-a’. Al trasladar éstas al tetragrama YHWH quedó conformada la palabra ‘YeHoWa’. De ese acto arbitrario de traducción es que surgió la palabra Jehová.

Posteriormente, ese error fue repetido por los exégetas o intérpretes de las Sagradas Escrituras de los siglos XVI al XIX, dada la falta de un conocimiento mayor del idioma utilizado por los escritores sagrados.



Recordemos que recién a comienzos del s. XIX –a través de estudiosos como Champolión y otros- pudo ser descifrado el significado de los jeroglíficos egipcios, por lo que el conocimiento que hoy en día se ha alcanzado de los idiomas de la antigüedad y que permite corregir viejos errores, en aquellos siglos no existía.



Para fundamentar su posición, suelen argumentar los Testigos que en diversas Biblias no jehovistas, en español o en inglés, se ha utilizado comúnmente la palabra Jehová. Entre otras, citan la traducción de la Vulgata (de San Jerónimo) realizada por Felix Torres Amat. Pues bien, la explicación del error ya ha sido dada, y Torres Amat es un claro ejemplo de ello.



Sin embargo, a partir del s. XX todas las Biblias (católicas o no) corrigieron la palabra Jehová por la de Yavé, Yahvé o Yahvéh (que significa ‘El que es’), y que resulta a todas luces una transliteración o traducción mucho mas ajustada al original, salvo para la Traducción del Nuevo Mundo (jehovista) que persiste en aquél viejo error.

Pero a pesar de todo lo dicho, nos preguntamos ¿es de vital importancia designar el nombre de Dios como Yavé o Jehová?. Entendemos que no.



Sólo puede decirse cual es la correcta pronunciación del tegragrama sagrado YHWH, pero bajo ningún aspecto ello permite sostener –dogmáticamente- la pretensión que ése es el único y verdadero nombre de Dios.



De hecho, en el Nuevo Testamento, la palabra Yavé (o Jehová) no es mencionada ni en una sola ocasión, ya que la mayoría de las veces se lo designa como “Kyrios que significa Señor”, como “el Alfa y la Omega”, el “Creador”, etc.



Así, el mismísimo Jesucristo generalmente utiliza la palabra ‘Padre’ pero nunca Jehová ni Yavé.



Por ello, la pretensión de los Testigos de Jehová de que el verdadero y único nombre de Dios es Jehová carece de respaldo bíblico, resultando penoso que para lograrlo deban recurrir a tergiversar los textos sagrados, reemplazando arbitrariamente y de mala fe la palabra Señor por Jehová o, en su caso y en un mismo texto, distinguiendo Señor de Jehová (vgr. en Rom. 14:6-9), todo –vale aclarar- con la finalidad de justificar la diferencia de naturalezas que (dicen) existe entre Dios y Cristo.

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