sábado, 21 de marzo de 2009

La Sucesión Apostólica


La mayoría de los reformadores no tenían problema con que Pedro fuera "la Roca". La razón por la que, tanto en aquel tiempo como ahora, dicen que el papa actual no es la roca como lo ha sido Pedro es porque la Reforma ha pensado desde sus comienzos que esta autoridad de Pedro se murió con él. Y esto es lo que hace la gran diferencia. Pensar así es un error desde el punto de vista del catolicismo.

Fiel a su forma usual de enseñar y actuar, Jesùs invoca un pasaje de la Escritura, del AT, en Mt.18,16. En este caso Is.22,22. Volviendo sobre este pasaje podremos entender un poco mejor la posición católica.

... Pondré sobre sus hombros las llaves de la casa de David, lo que él abra, nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo clavaré como una estaca en un sitio firme y será un trono de gloria para la casa de su padre.De él estará suspendida toda la gloria de la casa de su padre: retoños y gajos, todos los vasos pequeños, desde las tazas hasta las vasijas de todas clases.(22,23-24)

En el AT el cargo de Canciller (vicario, primer ministro o mayordomo de la casa real) era un cargo hereditario, una dinastía que se pasaba a los sucesores. Al hablar de la "casa de su padre" hace referencia ni más ni menos que a David, a la sucesión davídica, siendo que David había muerto 400 años antes. ¡Jesús es el heredero de la casa de David! Él es el Rey que posiciona en cargo de vicario a Pedro como siglos antes en tiempos del Rey Ezequías este cargo le fue dado a Eliaquim. Las llaves de Eliaquim pasaron a sus hijos mientras el reino subsistió. El reino de Cristo es un reino eterno, no así nuestras vidas terrenas. Su vicario al morir deja las llaves a un sucesor, a alguien "de su misma casa".

Scott Hahn, un ex-pastor evangélico y teólogo dice:

Cuando Jesús da a Pedro las llaves del Reino, Pedro está recibiendo el cargo de Primer Ministro, que significa autoridad dinástica otorgada por el Hijo de David, el Rey de Israel y también el cargo será una sucesión dinástica.

Las llaves son algo permanente. Jesús no dijo: "me las voy a tomar de vuelta cuando te mueras". No tendría sentido, porque el Reino es eterno. El catolicismo piensa que Jesús dio el "cargo" a Pedro tal como lo recibió Eliaquim con poder de "atar y desatar" sobre la Tierra. De modo que Pedro, al igual que Eliaquim tenía derecho a nombrar un sucesor. Y lo hizo de acuerdo a lo que nos llega de los escritos de la Iglesia Primitiva. "Las llaves" pasaron a Lino, de él a Cleto/Anacleto., de él a Clemente.

Mientras estaba en Corinto, el papa Clemente, hoy san Clemente, que ejerció su cargo en el 96 D.C. escribió a los corintios un llamado a la memoria de los dos mártires, Pedro y Pablo. (Carta de Clemente a los Corintios 5,3-7). En esta carta él cuenta explícitamente que los Apóstoles nombraron obispos y previeron por su sucesión.

Ireneo conocía personalmente a algunos que habían vivido con Pedro y con Pablo y con quienes tenían "la predicación de los benditos apóstoles resonando en sus oídos". El testifica que la verdad la Iglesia la recibió de los Apóstoles y llegó hasta él y, en consecuencia: "una y la misma fe dadora de vida ha sido preservada en la Iglesia y transmitida en su pureza e integridad desde los apóstoles hasta el Día de hoy" (Ireneo "Contra herejías 3,3. 189 D.C.)

Para el catolicismo esta sucesión tiene fundamentos bíblicos. Ya en el AT podemos ver a líderes y en especial a los sacerdotes, profetas y reyes pasando su poder y misión a sucesores por la imposición de manos y la unción:

Tomarás después el óleo de la unción, lo derramarás sobre su cabeza y lo ungirás con él...así el sacerdocio les pertenecerá por decreto irrevocable. De esta manera investirás a Aarón y a sus hijos. (Ex.29,7-9)
Luego Moisés quitó las vestiduras a Aarón y se las puso a Eleazar (Num.20,28)
Josué, hijo de Nun, fue lleno del espíritu de sabiduría porque Moisés le impuso las manos (Deut 31,1-8)
Tú, Elías unjirás a Eliseo Hijo de Safat de Abel Mejolá como profeta en tu lugar (1 Rey 19,16)
...Samuel tomó un cuerno de aceite y lo ungió en presencia de sus hermanos. Entonces el Espíritu del Señor se posó con poder sobre David desde aquel día en adelante.(1 Sam 16,13)
"El rey David dijo llámenme a al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Iehoiadá y él les ordenó: tomen con ustedes a los servidores de su señor, monten a mi hijo Salomón en mi propia mula y háganlo bajar a Guijón allí el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungirán rey de Israel" (1 Rey 1,32-34)
Jesús, el Sacerdote, Profeta y Rey por excelencia, confía el liderazgo a Pedro (Mt.16,19) y al grupo de los apóstoles les da autoridad (Mat.18,18) y envía a continuar su misión. "Quienquiera que los escucha me escucha, quien quiera que los rechace me rechaza" (Lc. 10,16).
La gran misión es encomendada a los apóstoles en el momento de la ascención porque ellos son los sucesores de Cristo.(Mc.16,15/ Mt.28,19
Ya en el tiempo de los Apóstoles el primer caso es la sucesión de Judas por Matías (Hech.1,15-26).
A medida que la Iglesia crecía los apóstoles fueron nombrando "supervisores" (en griego episcopos de la que se traduce la palabra "obispo") que tomarán sus lugares en las comunidades que iban fundando para que ellos puedan seguir su camino o bien cuando se morían:

"Continúen cuidando de ustedes mismos y del rebaño sobre el cual el Espíritu Santo les ha encargado como obispos para apacentar la Iglesia de Dios que Él adquirió con su propia Sangre (Hech. 20,28)

"Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús saludan a todos los santos en Cristo Jesús que se encuentran en Filipos así como también a los obispos y diáconos" (Fil 1,1)

Pablo nombró sucesor suyo a Timoteo:"al partir para Macedonia te pedí que permanecieras en Éfeso para impedir que cierta gente enseñara doctrinas extrañas" (1 Tim 1,3) "[el don] que te fue conferido mediante una intervención profética por la imposición de manos del presbiterado" (1 Tim 4,14)

Y el mismo Pablo aconseja a Timoteo como seleccionar los candidatos a presbíteros, diáconos y prever su propia sucesión en la presidencia de la comunidad y el episcopado (1 Tim 3,1-13)

Y como lo atestiguan escritos de los Padres de la Iglesia Primitiva como Ireneo esta "sucesión apostólica", traspaso del cargo y de la misión,recibida por la imposición de las manos y el presbiterado no han perdido continuidad ni en su tiempo ni a través de los siglos dentro de la Iglesia Católica.

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